He abierto mi ventana,
esperando tener calma,
cansado mi pensamiento,
de esa gente olvidada,
y llena de sufrimiento.
Maldigo a los responsables
del poder y las contiendas,
aquellos que lo importante,
es el DOMINIO Y LA GUERRA.
Ese lugar donde la vida,
ha perdido la belleza,
donde todo es oscuridad,
donde el odio y la inquina,
cavaron la atrocidad,
el desaliento, la miseria…
La lluvia lave las lágrimas,
pegadas en las pieles secas,
la brisa sirva de bálsamo,
que cure heridas abiertas,
soplen los vientos ¡JUSTICIA!
y traigan ¡PAZ! sobre la tierra…
Con toda la razón lo decía Julio Anguita… El orden mundial tras los desastres de la pandemia, el conflicto de Rusia y Ucrania que viene de antiguo y el drama entre Israel y Palestina…
Los ciudadanos nos sentimos IMPOTENTES, que razón tenía Isaac Newton al aseverar que
los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes.
Esta sociedad angustiada a la que se le está despojando de futuro y es precisamente el compromiso y la resistencia el proceso que hay que seguir para no perder la esperanza…
Desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial, ha habido más de doscientos enfrentamientos armados a lo largo y ancho de este mundo. Las guerras han cambiado poco en la historia y tienen en común: la destrucción, las miseria, las enfermedades, el sufrimiento y la muerte.
Quizá los instrumentos que se utilizan sean más sofisticados, con más razón, tendría que caer una maldición sobre los que se benefician de la destrucción y el dolor del inocente…
La guerra saca lo peor del ser humano. Los inventos de cuarta generación como los drones, que se utilizan sin enfrentamiento entre ejércitos regulares, la mayoría de las víctimas son civiles, que viven en su ciudad o pueblo y son llamados DAÑOS COLATERALES.
Estados Unidos ha creado un mundo de guerras interminables porque las fábricas de armamentos no pueden parar de beneficiar a los más ricos del mundo…
MALDITOS SEAN LOS SEÑORES DE LA GUERRA
¡ NO A LA GUERRA!
